El lugar es increíble, realmente una sorpresa. Las cabañas son muy lindas y están muy limpias. Ariel y Laura, los dueños y administradores, son muy amables y preocupados. Llegamos de un largo viaje y tarde y a solicitud nuestra nos esperaron con comida, pero no cualquiera.... un asado muy bien hecho, con mucho cariño, una mesa muy bien puesta y atendido por ellos. el desayuno otra sorpresa, con la mesa fuera, en un lindo día de verano amaneciendo con la cordillera a nuestro alrededor. El lugar es sorprendente... lástima que estuvimos sólo de pasada, pero es un lugar para volver a descansar y disfrutar, muy cerca de Uspallata, pero con el beneficio de estar fuera con el silencio y un cielo estrellado.